sábado, 5 de febrero de 2011

Me preguntó por la micro y me regaló una cerveza para comenzar a hablar.
Nunca en mi vida lo había visto y supongo que él tampoco a mí, pero ahora sería genial verlo de nuevo.
Hablaba de su trabajo, de su familia y sobre todo de su hijo.
Su hijo tiene 17 años y los ideales y valores bien definidos y casi tallados.
Después de estar trabajando 24 años para la misma empresa, le regalaron 2 semanas en el caribe con su esposa.
El hombre estaba ebrio y su historia y sus pensamientos y sentimientos eran reales.
Cada vez que hablaba de lo feliz que estaba con su hijo, con su señora y con el viaje que todavía no creía, se le caía la voz y le brillaban los ojos.
"Yo soy un weón que le gusta descubrir" decía, cuando hablaba implícitamente sobre la marihuana y las maneras de escapar de la alienante rutina. Estaba seguro deque iba a encontrar donde comprar en Cuba.
Apenas me dí cuenta cuando ya estaba en la esquina de la casa de mi papá, teniendo que despedirme del hombre y de su historia.
Bajé de la micro y empecé a cruzar por entremedio de los autos, mientras el hombre me levantaba los pulgares desde dentro de la micro, con la mas emocionada de las miradas.

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